El lane-splitting, una práctica en la que los motociclistas conducen sobre la línea divisoria entre vehículos detenidos o en movimiento lento, no es técnicamente legal en California; simplemente no está prohibido. En 2016, California eliminó la ley que prohibía esta práctica, basándose en un estudio de 2015 realizado por la Universidad de California, Berkeley. Este estudio sugirió que los motociclistas que realizan lane-splitting de manera prudente no están en un riesgo indebido de accidentes, lo que influyó en la decisión de no prohibir explícitamente esta práctica.
El Estudio de la UC Berkeley
El estudio de 2015 de la UC Berkeley fue un hito en la discusión sobre el lane-splitting. Los investigadores analizaron datos de accidentes y concluyeron que los motociclistas que hacían lane-splitting a velocidades moderadas no estaban expuestos a un riesgo significativo adicional en comparación con aquellos que no lo hacían. En particular, el estudio recomendó que los motociclistas no hicieran lane-splitting cuando el tráfico superaba los 50 mph y que no excedieran la velocidad del tráfico circundante por más de 15 mph.
Estas recomendaciones se basaron en el análisis de la velocidad y la naturaleza de los accidentes reportados. Los motociclistas que seguían estas pautas tendían a tener menos probabilidades de verse involucrados en accidentes graves. Además, el estudio destacó que el comportamiento prudente y la vigilancia constante eran esenciales para minimizar el riesgo.
Directrices de Seguridad
Aunque la Patrulla de Carreteras de California (CHP, por sus siglas en inglés) no regula estrictamente el lane-splitting, promueve la seguridad y el sentido común a través de directrices no vinculantes. Estas directrices incluyen consejos como:
- Mantener una velocidad prudente: No exceder la velocidad del tráfico circundante por más de 10-15 mph.
- Evitar el lane-splitting a altas velocidades: No hacer lane-splitting cuando el tráfico supera los 50 mph.
- Ser visible: Usar ropa de colores brillantes y mantener las luces encendidas para aumentar la visibilidad.
- Tener precaución en áreas de alto riesgo: Como intersecciones, salidas de autopistas y zonas con vehículos grandes como camiones y autobuses.
- No zigzaguear: Mantener una línea de conducción predecible y evitar cambios bruscos de carril.
Beneficios del Lane-Splitting
El lane-splitting tiene varios beneficios que han contribuido a su aceptación en California:
- Reducción de la congestión del tráfico: Permite a los motociclistas moverse más rápidamente a través de atascos, reduciendo la congestión general.
- Reducción del riesgo de colisiones traseras: Los motociclistas son menos propensos a ser alcanzados por detrás en tráfico detenido o de baja velocidad.
- Mayor movilidad: Mejora la eficiencia del viaje para los motociclistas, ahorrando tiempo y combustible.
Debate y Percepción Pública
La percepción pública del lane-splitting está dividida. Algunos conductores ven la práctica como peligrosa e impredecible, lo que aumenta el riesgo de accidentes de motocicletas. Sin embargo, muchos motociclistas y defensores del lane-splitting argumentan que, cuando se hace de manera responsable, puede ser una forma segura y efectiva de desplazarse.
Los detractores a menudo citan la imprevisibilidad de los movimientos de los motociclistas y la falta de familiaridad de muchos conductores con la práctica como principales preocupaciones. Por otro lado, los defensores señalan que una mayor educación y conciencia sobre el lane-splitting pueden mitigar estos riesgos.
Conclusión
El lane-splitting en California se encuentra en una zona gris legal, no estando ni explícitamente permitido ni prohibido. La eliminación de la ley que prohibía esta práctica se basó en estudios que sugieren que puede ser segura cuando se realiza de manera prudente. Las directrices de la Patrulla de Carreteras de California y los beneficios asociados con la reducción de la congestión y la mejora de la movilidad han contribuido a la aceptación del lane-splitting. Sin embargo, la práctica sigue siendo controvertida y su seguridad depende en gran medida de la conducta responsable tanto de los motociclistas como de los conductores de vehículos.